El dugongo o Dugong dugon, también conocido como vaca marina, es el más pequeño de los sirenios en la actualidad. Dentro del Orden Sirenia existen 2 Familias, los manatíes (Trichechidae) y los dugongos (Dugongidae). La diferencia entre ambos es fundamentalmente la aleta caudal bilobulada del dugongo, similar a la de un cetáceo, de ahí que sean los responsables del mito de las sirenas; de hecho, en malayo el término duyong significa sirena.
Actualmente el dugongo es la única especie que queda de su familia, ya que existía otra de mayor tamaño, que medía entre 9 y 10 metros, conocida como la vaca marina de Steeler, que fue descubierta en 1741 y se extinguió tan sólo 27 años después de su descubrimiento en manos de los cazadores de focas. Los dugongos pueden llegar a medir unos 3 metros, pesan unos 200 Kg y presentan dimorfismo sexual, las hembras son más grandes que los machos.
En la zona de Abu Dabbab (Mar Rojo) hay descritos únicamente 6 individuos, que se mueven entre las bahías cercanas, a unos 10 metros de profundidad máxima.
El dugongo no es un gran nadador, realiza ciclos que incluyen periodos de superficie y periodos en los que está sumergido. Normalmente se sumerge para comer y en superficie descansa o viaja. Cuando viaja nada muy rápido, ya que se impulsa con su gran aleta caudal, y cuando descansa nada despacio y va cerrando los ojos. Cada 4-6 minutos debe subir a superficie para respirar.
Es un herbívoro de comportamiento pacífico que se alimenta únicamente de pasto marino, que crece en las zonas costeras. La boca del dugongo tiene 2 labios externos y 2 internos que utiliza a modo de arado y con los dientes va arrancando los, aproximadamente, 40 Kg de pasto marino que come a diario.
La esperanza de vida de estos mamíferos es de 50-55 años y el individuo más anciano del que se tiene registro tenía 73 años. Alcanzan la madurez sexual entre los 9 y 15 años, se aparean en cualquier época del año. Las hembras pueden reproducirse cada 3-5 años, tienen una sola cría y el período de gestación es de 13 meses. Si no tienen unas condiciones óptimas de alimentación no se reproducen ya que no podrían amamantar a su cría durante los 18 meses que permanecen juntos. El amamantamiento se produce abrazando literalmente a la cría con las aletas pectorales, pues en ellas se encuentran escondidas las mamas y se realiza en superficie, con la cabeza fuera del agua, lo que hace que sean más vulnerables a las agresiones externas.
Para su estudio e identificación se realizan comparaciones de fotos de sus aletas pectorales y de la aleta caudal estudiando su forma, tamaño y muescas. Las marcas y arañazos que, en su momento también se utilizaron para identificar individuos, se han descartado pues se ha comprobado que desaparecen en un máximo de tres meses.
Medir la distancia entre el orificio anal y el orificio sexual, ambos situados en el vientre sirve para determinar el sexo. Las hembras presentan corta distancia entre ambos orificios y los machos los tienen mucho más separados. También se mide el tamaño de las mamas, que se encuentran escondidas en el pliegue de las aletas pectorales, sabiendo que las mamas de los machos son pequeñas, miden menos de 2 cm y las de las hembras tienen un tamaño mayor, entre 5-8 cm.
Como método de estudio de su comportamiento y su uso del hábitat se examinan los caminos que dejan a su paso los dugongos cuando comen en las praderas de pasto marino. Los adultos dejan unos caminos de entre 20 y 40 cm de ancho, mientras que las crías hacen caminos de entre 5 y 10 cm de ancho. Los caminos que hacen quedan visibles durante aproximadamente 1 mes y posteriormente el pasto se recupera. Los dugongos al comer aran los pastos y eso favorece su crecimiento y el buen estado de los mismos.
Esta especie se encuentra actualmente en grave peligro de extinción ya que ha sido indiscriminadamente cazada por el hombre, debido a que su carne y grasa son muy apreciados en el mercado Índico. Además, las redes y los accidentes con hélices de barcos están siendo también causa de una disminución drástica de sus poblaciones a nivel mundial.
Mi más sincero agradecimiento al profesor Ahmed M. Shawky, director de un equipo de científicos dedicados al estudio y conservación del dugongo en el Mar Rojo (Egipto) y al equipo de Blue Ocean Diving Center (Abu Dabbab), sin los cuales no hubiera sido posible conocer tan de cerca a estos curiosos y especiales mamíferos y por supuesto a Olympus y a Aqualung por su apoyo incondicional.